Mundo
Trágico accidente en Brasil provocó la muerte de al menos 32 personas

Un trágico accidente ocurrido la madrugada del sábado en el kilómetro 285 de la BR-116, cerca de Lajinha, en la zona rural de Teófilo Otoni, dejó un saldo de al menos 32 muertos y 13 heridos.
El siniestro involucró a un colectivo de la empresa Entram, que realizaba la ruta entre São Paulo y Jequié, en Bahía.
Según las autoridades, el ómnibus llevaba 45 pasajeros en el momento del accidente.
La Policía Militar de Minas Gerais informó que el siniestro fue provocado por la explosión de un neumático del vehículo, lo que hizo que el conductor perdiera el control.
El autobús cruzó al carril contrario, se desvió hacia una vía llena de piedras y terminó incendiado fuera de la carretera.
La Policía Federal de Carreteras señaló que el número de víctimas podría aumentar, ya que muchos de los cuerpos recuperados están gravemente carbonizados.
Deportes
Fórmula 1: Franco Colapinto se recuperó y cerró un domingo limpio en Imola

Tras el accidente de la clasificación del sábado, el argentino se rehízo, no buscó hacer más de lo que podía con el Alpine y completó el GP de Emilia-Romagna de F1.
“Ahora me voy a dormir y a limpiar un poquito las ideas”, confesó Franco Colapinto después de su fuerte accidente en la clasificación del GP de Emilia-Romagna, séptima fecha de la 76ª temporada de Fórmula 1. La rotura de toda la zona frontal del Alpine fue la factura del despiste de Tamburello. Sin dudas, el argentino tenía que enfriar la cabeza, pasar página y tratar de tener una carrera limpia. Llegar al final, sin pasar sobresaltos y que el auto llegara entero. Y lo cumplió. El bonaerense completó así su décima carrera en la máxima categoría con el 16º puesto final.
La escudería de Enstone trabajó hasta el último minuto permitido del sábado, luego comenzó el toque de queda por el parque cerrado y a las 10 de este domingo, cuando se habilitó el trabajo otra vez, los mecánicos retomaron las tareas para dejar listo el A525 del argentino. “Gracias por el trabajo para reparar el auto de anoche y hoy a la mañana”, fue el mensaje por radio de Colapinto en plena vuelta previa, antes de partir desde el 16º lugar.
Hacer una carrera prolija, sumar kilómetros y acostumbrarse al auto era el objetivo de mínima antes de llegar a Imola. Desués del accidente del sábado, se convirtió en la meta principal. Tal vez ahí se encuentra la cautela con la que largó la carrera: perdió con Esteban Ocon y Nico Hülkenberg. La detención casi inmediata del francés lo dejó 17º y ahí se quedó por un buen rato. Solo avanzó por las detenciones de los pilotos y llegó hasta el octavo puesto, pero debía detenerse.
En la primera parte, Colapinto cometió un exceso en la séptima vuelta en Rivazza y pisó abajo, levantando leca. Fue el único error visible del argentino durante toda la competencia, en la que finalizó 16º, el mismo lugar desde el que había largado.
Su ritmo de carrera tuvo momentos buenos y otros, con tiempos altos, como cuando llegó el ingreso del auto de seguridad. Dos vueltas antes del abandono de Kimi Antonelli que provocó la salida del coche insignia, el equipo le pidió al argentino que dejara pasar a su compañero Pierre Gasly, porque viajaba más rápido.
Con el auto de seguridad en pista, aprovecharon para llamar a Colapinto a boxes y le pusieron neumáticos duros nuevos. Desde ahí, en la última decena de giros que realizó con el nuevo compuesto, su ritmo fue similar al de Gasly (llegó 13º) y el argentino lo venció en la comparación de la vuelta más rápida de cada uno en carrera. El argentino marcó 1m20s345, mientras que el francés hizo 1m20s607.
En apenas cinco días volverá a correr en una pista totalmente diferente: el intrincado callejero de Mónaco. No cometer un error ahí será clave, porque las paredes están muy cerca. Completar un fin de semana limpio y mejorar en el ritmo será el objetivo siguiente.
Deportes
Independiente venció a Guaraní y es líder en la Copa Sudamericana

El Rojo derrotó 1-0 al Cacique por la quinta fecha del Grupo A del certamen internacional en el estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini.
Independiente derrotó 1-0 a Guaraní y se adueñó de la cima del Grupo A de la Copa Sudamericana, una victoria crucial en la quinta fecha gracias al golazo de Diego Tarzia y que le permite llegar de la mejor manera posible al encuentro ante Boca por los cuartos de final del Torneo Apertura de la Liga Profesional 2025.
Los tropiezos fuera del estadio Libertadores de América–Ricardo Enrique Bochini forzaron al Rojo afrontar cada uno de sus últimos tres compromisos en el plano continental como una final, al estar obligado a imponerse en cada uno de ellos para depender de si mismo en la contienda por ser puntero y así clasificar directamente a los octavos de final, logrando ese gran objetivo trazado dejando grandes sensaciones en sus hinchas.
Tras golear 5-1 a Boston River y la victoria 1-0 sobre Independiente Rivadavia que le mantiene en la definición por el certamen doméstico, el equipo de Julio Vaccari tuvo una nueva gran demostración en la que dominó de punta a punta; aunque no encontró las facilidades para definir que si tuvo en Montevideo y se quedó con las ganas de aumentar su ventaja en el marcador para culminar las acciones con mayor tranquilidad.
El entrenador apostó por una base de titulares a sabiendas de la magnitud del encuentro y estos respondieron de gran manera, aunque la apertura del marcador debió esperar hasta el minuto 43 de la etapa inicial tras casi veinte disparos efectuados. Fue Tarzia quien se animó desde afuera del área y logró romper las tablas, un potente zurdazo raso que logró vencer la resistencia de Marcos Giménez, que si bien se estiró no logró rechazar el intento del juvenil que venía de marcar en Uruguay.
En la etapa complementaria se acentuó el dominio del Rey de Copas pero no logró aprovechar de sus numerosas ocasiones para liquidar el pleito, con clarísimas ocasiones que ni Matías Giménez Rojas ni Lautaro Millán consiguieron cambiar por gol para ponerle broche de oro a la velada.
El 1-0 parcial se tornó definitivo y confirmó el resurgir del Rojo en el certamen internacional, donde ahora lidera el Grupo A con 9 puntos, relegando al Cacique al segundo puesto con 8 unidades.
Pese a ocupar la posición de privilegio que clasifica directamente a octavos, Independente está obligado a derrotar a Nacional Potosí para asegurar la misma, encuentro que se disputará en el estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini, mientras que Guaraní recibirá a Boston River, juegos que tendrán lugar el próximo miércoles 28 de mayo desde las 19:00.
Mundo
Murió José “Pepe” Mujica, el ex guerrillero que llegó a presidente y se convirtió en símbolo mundial

El ex mandatario uruguayo falleció a los 89 años, enfermo de cáncer. Luchó contra el sistema político, estuvo preso 14 años pero se adaptó a las reglas del sistema democrático y se convirtió en su figura más popular. Su espacio político es desde hace décadas el más votado y el actual presidente, Yamandú Orsi, su delfín.
La muerte de José Mujica fue anunciada por el presidente uruguayo Yamandú Orsi. Desde hacía tiempo, el ex presidente (2010-2015), popularmente conocido como “el más pobre del mundo”, decía que era parte de una generación que se está yendo. Pero en abril del año pasado ese comentario dejó de ser un lugar común de un veterano sabio para convertirse en una realidad probable.
“Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”, informó Orsi.
En abril de 2024 Mujica llamó de forma sorpresiva a una conferencia de prensa para anunciar él mismo que tenía cáncer de esófago. Después de eso vinieron 32 sesiones de radioterapia, la desaparición de los indicios del tumor y una dolorosa recuperación con varias internaciones por los problemas para alimentarse que sufrió el histórico dirigente de la izquierda.
Pero luego llegó la noticia que sonó como definitiva. Otra vez él mismo, en enero de 2025 y en este caso en una entrevista con Búsqueda, informó que su cáncer había hecho metástasis y dejó un mensaje de despedida a la población. “Hasta acá llegué”, dijo, y pidió que lo dejaran tranquilo, que no le solicitaran más entrevistas, que le dejaran atravesar la etapa final de su vida en su chacra, andando en tractor y recorriendo sus plantaciones.
Ese pedido no se cumpliría. Debilitado, Mujica seguiría siendo parte de la vida política de Uruguay y en su chacra recibiría a presidentes, ex mandatarios, periodistas y artistas. También tendría tiempo para salir de su casa a actos militantes y para la asunción del nuevo Parlamento y el nuevo presidente de Uruguay.
En esa entrevista, Mujica comentó que su vida fue “un poco una novela”, en la que la presidencia fue “una pavada”. Es que su historia es la de un viejo guerrillero, el héroe para miles y el villano de otros tantos, que se integró a la política formal y llegó al máximo cargo al que puede aspirar un dirigente. Pero no fue un presidente más de Uruguay: su forma de vida y su filosofía lo llevaron a ser un personaje atractivo en todo el mundo.
Mujica murió este martes en su chacra de Rincón del Cerro, a las afueras de Montevideo. El domingo, día de las elecciones departamentales en Uruguay, no había podido ir a votar. “Está en una meseta, está a término”, dijo a Radio Sarandí su esposa, Lucía Topolansky. “Estoy hace más de 40 años con él y voy a estar hasta el final. Eso es lo que le prometí”, agregó.
Su último deseo fue que sus restos se entierren en su chacra, donde también descansa uno de sus amores que también lo hizo distintivo: su perra de tres patas, Manuela.
Mujica, el tupamaro: seis balazos y 15 años de cárcel
El padre de Mujica murió cuando él tenía siete años y su madre, Lucy Cordano, fue la encargada de su crianza y también de la de su hermana menor. Vivían en una vivienda del Paso de la Arena, un barrio de clase media baja, ubicado en la zona semi rural de Montevideo, cerca de la chacra del final de sus días.
José Mujica fue preso por primera vez en 1964 por robar el depósito de una fábrica de Montevideo. Lo hizo porque era tupa –un integrante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, el principal grupo armado de Uruguay en la década de los 60– y había que juntar dinero para la organización. Estuvo en la cárcel más de ocho meses por hurto, según narra el libro Una oveja negra al poder, de Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz.Mujica estuvo 14 años preso en la cárcel de Punta Carretas
La segunda vez cayó en 1970 y 1972, cuando fue detenido por ser tupamaro y luego logró escaparse. En el 70 lo encontraron en un bar de Montevideo y Mujica amenazó con resistirse. Pero le dieron seis balazos que lo llevaron a estar cerca de la muerte. Otra vez escapó y otra vez volvió a caer.
Su caída definitiva fue en agosto de 1972 y no saldría hasta marzo de 1985. Estuvo en la cárcel durante toda la dictadura militar del país, que se inició en 1973 y finalizó en 1985, cuando Julio María Sanguinetti asumió la Presidencia del país. En esa oportunidad fue catalogado como uno de los ocho jefes de los guerrilleros.Los expresidentes José Mujica y Julio María Sanguinetti, el entonces presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y el expresidente Luis Lacalle Herrera en un acto al conmemorarse 50 años del comienzo de la dictadura (EFE/ Alex Gutiérrez Páez)
Estuvo preso en un lugar sin ventilación ni colchones. Y se volvió loco: empezó a hablar con las hormigas, a tener delirios y terminó internado en el Hospital Militar. “A principios de los 80 me llevaron al Hospital Militar. Tenía una persecuta de la gran puta, no paraba de tener visiones y cosas así. Vino una psiquiatra a atenderme. Me dio un puñado de pastillas y nunca tomé ninguna”, contó en el libro. Pero la mujer recomendó que lo dejaran leer y escribir y su vida cambió por completo.
Mientras le llevaba libros a su hijo prisionero, la madre de Mujica pensaba en su interior: “Pepe va a llegar a ser presidente”. Nunca se lo dijo, pero décadas después el tiempo le terminó dando la razón.
De la “verga” que no era para él al presidente rockstar
Con el colorado Julio María Sanguinetti en la Presidencia, Mujica comenzó a militar en la reconstrucción del Movimiento de Liberación Nacional (MLN). Su figura creció y con sus reflexiones cautivó a los jóvenes que se acercaban al espacio. El dirigente hablaba de la importancia del perdón, de superar al pasado y de tener apertura a distintas ideologías.
“No acompaño el camino del odio, ni aun hacia aquellos que tuvieron bajezas con nosotros. El odio no construye. Esto no es pose demagógica, no es cosa de andar eludiendo el bulto, de poner una cara linda: es cosa de principios”, dijo en su primera arenga, según reconstruye el libro de Danza y Tulbovitz.Tabaré Vázquez le pasó la banda presidencial a José Mujica en 2010; cinco años después, Mujica se la devolvería (AFP PHOTO/MIGUEL ROJO)
Tras salir de la cárcel, el viejo guerrillero dejó de lado ese período de lucha contra el sistema político –que fue una de las causas de la cruel dictadura que sufrió Uruguay durante 12 años y sobre la que todavía quedan heridas abiertas– para adaptarse a las reglas del juego democrático, ser legislador durante cuatro períodos, liderar el movimiento más votado y llegar a ser presidente.
Mujica llegó al Parlamento por primera vez en 1995 en una pequeña moto Yamaha, vestido con vaqueros y camisa de jean, y la estacionó delante de los autos. Así comenzó el mito. En las elecciones de 1999 –en las que Jorge Batlle fue electo presidente–, su sector político, el Movimiento de Participación Popular (MPP) fue el más votado, algo que se repetiría en las siguientes cinco elecciones.José Mujica, el 1° de marzo de 2010, al asumir como presidente; Danilo Astori fue su vice (AFP PHOTO)
Durante 2005, durante el primer gobierno del Frente Amplio, Mujica fue ministro de Ganadería de Tabaré Vázquez y, de a poco, comenzó a asomar su candidatura a la Presidencia para el 2009, un cargo al que –al menos decía– no se imaginaba llegar.
En 2005, Mujica descartaba por completo esa posibilidad y lo hacía con varias excusas. Que estaba viejo, que tenía dificultades para ser un “buen administrador”, que no era “masón ni universitario”, que era “sapo de otro pozo”. “Esa verga no es para mí”, le dijo a los periodistas en ese entonces. Pero mientras él descartaba la posibilidad, su candidatura maduraba. ¿Era una estrategia? Mujica corrió por afuera la carrera presidencial hasta que confirmó que sería candidato. Le ganó la interna a Danilo Astori –el ministro de Economía de Tabaré Vázquez y un sinónimo de tranquilidad para los mercados.José Mujica promovió la legalización de la marihuana en su mandato en Uruguay (EFE)
La llegada de Mujica a la Presidencia fue de muchas promesas, algunas disparatadas y que nunca se concretarían, como la intención de dividir Uruguay en seis regiones y no en 19 departamentos. Pero también fue un gobierno de algunos cambios estructurales.
En su primer discurso como presidente ante el Parlamento, Mujica prometió “educación, educación y, una vez más, educación”. En su mandato no logró una buena sacudida, pero logró jerarquizar la educación destinada a transmitir oficios y creó la Universidad Tecnológica.Mujica en su chacra en Uruguay (EFE)
Durante su mandato también se concretó el cambio de la matriz eléctrica (con la incorporación de la energía eólica, solar y los biocombustibles), apostó por una nueva terminal regasificadora (que terminó fracasando y provocó pérdidas millonarias para el Estado) y concretó una nueva interconexión eléctrica con Brasil. Las empresas públicas aumentaron su inversión, lo que generó un mayor dinamismo de la economía pero también un aumento del déficit –cuestionado por la oposición y dentro del Frente Amplio, pero “necesario” para Mujica.Durante el gobierno de Mujica también se votó la despenalización del aborto (Reuters)
En su período también se aprobaron leyes sociales. Después de un homicidio que conmocionó a la sociedad, Mujica promovió la legalización de la marihuana. La ley fue aprobada en 2013, pero la venta legal recién se concretaría en 2017, durante la segunda gestión de Tabaré Vázquez. Además, se aprobó la despenalización del aborto –que había sido vetada por Vázquez en el primer gobierno de la izquierda– y el matrimonio igualitario.
Su legado: una nueva Presidencia
José Mujica dejó la Presidencia con 80 años y pensó en ser de nuevo candidato. Las encuestas siempre lo mostraron como uno de los políticos más populares del país, pero asumir un nuevo gobierno con 85 podía ser un riesgo. Cuando Luis Lacalle Pou era un candidato cantado para las elecciones de 2019, se cruzó con Mujica en el baño del Palacio Legislativo (el Congreso de Uruguay) y se lo consultó, según narró Danza, el biógrafo del ex presidente fallecido.Julio María Sanguinetti y José Mujica se retiraron juntos del Senado en Uruguay
Mujica finalmente no fue candidato, pero fue una de las cartas que tuvo que buscar el presidenciable de la izquierda de ese año, Daniel Martínez. Antes del balotaje, el postulante anunció que Mujica sería ministro de Ganadería si ganaba la elección. Finalmente no sucedió.
El ex presidente asumió en el Senado, aunque renunció a los pocos meses en una salida conjunta con Sanguinetti. Pero lejos estuvo de desaparecer de la agenda: cada opinión que daba desde su chacra tenía impacto en la ciudadanía y en el sistema político. También participó de varios encuentros junto a Sanguinetti y al otro ex presidente vivo, Luis Alberto Lacalle, en un gesto democrático destacado.José Mujica, en un acto en 2024, durante la campaña que llevó a Yamandú Orsi a la Presidencia (MPP)
Mujica extrañó durante la campaña electoral poder participar de varios actos y recorridas por el país como solía hacerlo, pero de todas formas dijo presente en algunos eventos apoyando a su delfín.
El periodista Leonardo Haberkorn escribió en una columna en El Observador que Mujica en su juventud malinterpretó la “realidad política y el ánimo popular”, y cometió “errores enormes que contribuyeron a llevar al Uruguay al momento más negro de su historia”. Sin embargo, destacó que al final de su vida fue un “lúcido decodificador del clima político y de las ilusiones colectivas de la mayoría de sus compatriotas”.Mujica y Yamandú Orsi, durante la campaña electoral (MPP)
Enferma de cáncer y desde su chacra, Mujica fue una pieza clave para que el Frente Amplio volviera al poder. El MPP, su sector, tuvo una votación histórica y tiene una amplia bancada en el Parlamento. A la hora 20.30 del 24 de noviembre de 2024, Mujica –sentado al lado de su esposa, Lucía Topolansky– vio por televisión que su candidato, Yamandú Orsi, era el presidente electo de Uruguay. Y, probablemente, en ese momento pensó que su legado continúa.
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