El piloto argentino no pudo largar desde los boxes por un problema técnico. Iba a salir desde el último lugar.

Franco Colapinto cerró un fin de semana de más a menos en el GP de Gran Bretaña, 12ª fecha de Fórmula 1. El piloto argentino debía largar de boxes, después de que Alpine decidiera sacar el auto de la grilla (ocuparía el último cajón) para instalar una nueva unidad de potencia completa en su A525. Cuando comenzó la vuelta previa, el bonaerense salió con las cubiertas de lluvia intermedia, con una pista que comenzaba a secarse bajo el sol que ya se había asomado. Franco no podía formarse en la parrilla, porque tenía que iniciar la competencia desde pits, la escudería de Enstone aprovechó para cambiarle los neumáticos. Una vez que bajaron el auto del gato, nunca más arrancó.

Desde la cámara on board del auto número 43 se pudo ver cómo el argentino reseteaba todo. El display de su volante se apagó y encendió de nuevo, pero no hubo caso. El coche no volvió a ponerse en marcha. El equipo decidió retirarlo de competencia, mientras Colapinto por la radio, casi quebrado, decía: “No puede ser, no puede ser”.

El expiloto de Williams había completado su mejor viernes en Silverstone. Desde su llegada a titular de Alpine, en reemplazo de Jack Doohan, el argentino no había logrado tener una primera jornada limpia. En Gran Bretaña, su sexta participación con el team francés, finalmente logró trabajar mejor en los dos entrenamientos, completando su programa, en constante avance en tiempos y sensibilidad con su indócil A525. De hecho, por más que el resultado final lo encontró por detrás de su compañero Pierre Gasly, Franco se había sentido más cómodo que el francés