Naturaleza
Vida Silvestre ya superó los 200.000 árboles nativos plantados para restaurar la selva misionera, una de las claves para conservar y recuperar al yaguareté

La Fundación Vida Silvestre Argentina hace más de quince años y de manera ininterrumpida viene trabajando en Misiones para recuperar y reconectar la selva misionera, el hábitat del yaguareté, una de las claves para mantener y recuperar la población del felino más grande de nuestro país. De la mano de más de 200 familias de pequeños y medianos productores rurales de Andresito y San Pedro, en los últimos 16 años se plantaron más de 200.000 árboles nativos y se restauraron unas 640 hectáreas de selva misionera en áreas clave para recuperar corredores de biodiversidad.
Actualmente los esfuerzos están focalizados en San Pedro y en reforzar la conectividad de la selva entre el Parque Provincial Cruce Caballero y la Reserva de Biósfera Yabotí. En esta región, tanto las y los pobladores como los fragmentos de bosque nativo aún conservan la memoria del rugido del yaguareté.
Desde hace 16 años, la Fundación Vida Silvestre trabaja para revertir la fragmentación del monte y devolverle a la selva su continuidad. Pero no se trata solo de plantar árboles. Se trata de reconstruir corredores de biodiversidad que permitan que el yaguareté —el mayor felino de América y especie bandera de este ecosistema— pueda moverse, cazar, reproducirse y así, conservar y recuperar su población.
“Desde Vida Silvestre estamos convencidos de la necesidad de recuperar la selva misionera no sólo para el yaguareté y la biodiversidad, sino también para las personas ya que los beneficios o servicios ecosistémicos que brinda el monte son esenciales para el bienestar y para afrontar el cambio climático”, señaló Claudia Amicone, especialista en restauración y comunidad de la Fundación Vida Silvestre Argentina. Además, indicó que “Nuestro trabajo de restauración lo realizamos en sitios de alto valor para el hábitat del yaguareté en donde, mediante diversos estudios, las necesidades de intervención para no perder la conectividad de los grandes bloques de serva que quedan en Misiones son urgentes”.
Una de las grandes particularidades del trabajo de Vida Silvestre es su enfoque, su visión de conservación inclusiva. La restauración del paisaje se construye de la mano de las familias que habitan la región. Son productores, pequeños agricultores, pobladores rurales, quienes lejos de ser meros observadores se convierten en actores centrales del proceso. Sumados a ellos, equipos técnicos y profesionales de instituciones y organismos presentes en el territorio aportando sus conocimientos y buscando un equilibrio entre conservación y medios de vida.
“El cambio no viene desde afuera. Lo construimos con la gente del lugar, respetando sus saberes, necesidades y derechos. La restauración ecológica no se sostiene si no es también restauración del vínculo entre las personas y su entorno”, destacó Jonatan Villalba, especialista en restauración de la Fundación Vida Silvestre. “Conservar al yaguareté es conservar los servicios ambientales como la calidad y cantidad de agua o la polinización. Hoy recuperar al yaguareté en la región es posible. Haciéndolo de manera planificada, se beneficiarían las personas y la naturaleza y los potenciales conflictos serían mínimos o directamente pasarían desapercibidos”, puntualizó Villalba.
A través de acuerdos voluntarios, acompañamiento técnico y económico, y prácticas productivas sostenibles, muchas familias hoy participan activamente en la recuperación del bosque en sus chacras. En este momento, 38 familias preparan el terreno para enriquecer con árboles nativos sectores de selva existentes, plantar sobre áreas degradadas y trabajar en procesos productivos de manera amigable con el ambiente, como los sistemas agroforestales. Se trata de decisiones que suman en el mediano y largo plazo a una visión colectiva: devolverle al paisaje su capacidad de albergar vida silvestre, al yaguareté, y mejorar la calidad y medios de vida de las familias rurales.
Este trabajo se enmarca en más de dos décadas de acción territorial en Misiones, donde la Fundación Vida Silvestre Argentina no solo apoya y contribuye a la investigación y monitoreo de la especie, sino que impulsa acciones concretas frente a las amenazas que enfrenta: pérdida de hábitat, caza furtiva, conflictos con actividades productivas y atropellamientos.
La restauración ecológica, entendida como una herramienta concreta y transformadora, se vuelve entonces condición habilitante para volver a escuchar el rugido del yaguareté en la región.
Ambiente
Misiones, el refugio del yaguareté, el felino más emblemático de la Argentina

En el marco del Día Mundial del Tigre, que se celebra cada 29 de julio, Fundación Vida Silvestre Argentina destaca la importancia de esta fecha para visibilizar al yaguareté, nuestro “tigre criollo”, una especie en peligro crítico de extinción en la Argentina. Según una reciente encuesta de opinión pública*, Misiones se posiciona como la provincia con mayor conocimiento y valoración sobre este felino y su rol fundamental en la naturaleza.
Una investigación realizada por Ágora Consultores para Fundación Vida Silvestre Argentina, indica que más del 50% de los misioneros considera al yaguareté como el animal silvestre más emblemático de la fauna argentina, muy por encima del promedio nacional (31%). Además, es la provincia que mejor identifica al yaguareté como el felino más grande del país, por delante del puma y el ocelote.
“Estos datos no solo reflejan el orgullo que genera esta especie en Misiones, sino también la conciencia ambiental y el compromiso de la población para conservarla. El yaguareté no es solo un símbolo de nuestra fauna, es un indicador clave de la salud de los ecosistemas que compartimos”, expresó Lucía Lazzari, coordinadora del programa Bosques de la Fundación Vida Silvestre Argentina.
Un símbolo natural amenazado
El yaguareté está catalogado como especie en peligro crítico de extinción en la Argentina. Hoy se estima que quedan alrededor de 250 individuos en todo el país, de los cuales cerca de 84 habitan en la Selva Misionera, una región muy importante para su supervivencia. La cifra representa una leve disminución respecto a años anteriores, tras un período sostenido de crecimiento y estabilidad poblacional.
“El yaguareté es un excelente indicador del estado del ambiente. Los resultados del último monitoreo, si bien no son significativos estadísticamente, estiman una leve disminución poblacionalque refleja una presión constante sobre nuestros ecosistemas. Es urgente reforzar la protección de las áreas naturales de Misiones, para controlar la caza furtiva, y y prevenir y abordar de manera integral los conflictos con animales domésticos”, añadió Lazzari.
El estudio fue liderado por científicos del Instituto de Biología Subtropical (UNAM – CONICET) nucleados en el Proyecto Yaguareté (CeIBA – CONICET) en Argentina y el Proyecto Onças do Iguaçu (ICMBio – Brasil), con apoyo de numerosas instituciones. La estimación poblacional fue desarrollada en el mayor remanente de Bosque Atlántico del Alto Paraná: la Selva Misionera, el Parque Nacional do Iguaçu y el Parque Estadual do Turvo en Brasil. Esta iniciativa binacional se repite cada dos años desde hace más de dos décadas, con el apoyo de Fundación Vida Silvestre Argentina, WWF-Brasil y otras organizaciones.
Las amenazas que enfrenta
Consultadas sobre las amenazas principales que enfrenta el yaguareté en Misiones, las personas destacaron el atropellamiento de fauna, seguido por la caza ilegal y la deforestación. El dato no es menor: más de 5.000 animales mueren cada año en rutas que atraviesan áreas protegidas en la provincia, lo que afecta al yaguareté y a sus presas. En los últimos 12 años se registraron al menos 5 atropellamientos de yaguaretés en Misiones.
Conservar al yaguareté es conservar el ecosistema
Cerca del 90% de los misioneros considera que el yaguareté es muy importante para el ecosistema y que su conservación también protege a otras especies. Para 9 de cada 10 personas, su extinción sería un acontecimiento muy grave.
El yaguareté cumple un rol ecológico fundamental: regula las poblaciones de presas, mantiene el equilibrio en los ecosistemas y su presencia es signo de un ambiente sano. Conservarlo implica asegurar servicios ecosistémicos como agua limpia, polinización, almacenamiento de carbono y mitigación del cambio climático.
Desde hace más de dos décadas, Fundación Vida Silvestre trabaja por la conservación del yaguareté en Misiones y otras regiones donde aún sobrevive la especie. Esto incluye el monitoreo poblacional, la protección del hábitat, la articulación con comunidades locales, y la promoción de leyes que protejan los bosques y la fauna silvestre, entre otras acciones.
“En Misiones, trabajamos junto a comunidades, autoridades y otras organizaciones para reducir las amenazas que enfrenta la especie: mejorando en la efectividad de la gestión de las áreas protegidas, restaurando el paisaje para recuperar la conectividad y promoviendo la coexistencia entre las personas y los grandes felinos. Gracias a este esfuerzo colectivo, logramos avances significativos en las últimas décadas. Pero necesitamos redoblar ese compromiso”, concluyó Lucía Lazzari.
Naturaleza
Pichones Observadores, una experiencia de avistaje de aves para las infancias

La iniciativa invita a redescubrir el patrimonio jesuítico y la biodiversidad que lo rodea, desde una perspectiva lúdica y educativa.
Este sábado 2 de agosto, se llevará adelante una nueva propuesta de turismo de interpretación cultural y natural dentro de un sitio patrimonial, destinada a las infancias: “Pichones Observadores”. Se trata de una salida de avistaje de aves dirigida a niños/as de entre 7 y 13 años, en el Conjunto Jesuítico San Ignacio Miní, con punto de encuentro en el portón de ingreso.
Con cupos limitados y el propósito de generar un vínculo temprano con el entorno natural, esta jornada busca despertar el interés por la biodiversidad misionera a través del juego, la observación y la interpretación del ambiente.
La propuesta se lleva adelante desde el Camino de los Jesuitas con la intención de vincular comunidad con los Conjuntos Jesuíticos Guaraníes y su historia. Y, además, con el apoyo del programa Ruta de las Aves, impulsado por el Ministerio de Turismo de Misiones, con el objetivo de instalar la observación de aves como una práctica recreativa, educativa y sustentable en todo el territorio provincial.
En esta ocasión, se suma un enfoque especialmente pensado para las infancias, fomentando desde edades tempranas el respeto, la curiosidad y la valoración por la fauna que habita en los parques, reservas y áreas protegidas.
“Pichones Observadores” propone una experiencia cercana, lúdica y enriquecedora en un escenario histórico y natural único como el Conjunto Jesuítico San Ignacio Miní. Es por eso que una guía del sitio, junto a guía de aves, acompañará al grupo y abordará cuestiones relacionadas a la cultura mbya y al mundo jesuítico guaraní.
Quienes quieran obtener más información sobre ésta y próximas salidas, pueden consultar en el Instagram de “Camino de los Jesuitas”.
Ambiente
Un oso melero rescatado fue reinsertado en su hábitat natural

El Ministro de Ecología y Recursos Naturales Renovables, Arq. Martín Recamán, participó de la relocalización de un oso melero (Tamandua tetradactyla), acción llevada a cabo por la Fundación Ohana en la localidad de Aristóbulo del Valle.
El operativo de liberación fue resultado de un trabajo conjunto entre la Fundación Ohana, el Ministerio de Ecología y la Policía Ambiental.

El ejemplar fue rescatado por el equipo de la fundación tras el aviso de vecinos del barrio San Martín, en la localidad de Oberá. Según detalló Fernando Piesco, representante de Ohana, el animal había trepado a un árbol para escapar del ataque de una jauría de perros y permaneció atrapado allí durante un día y medio, sin poder bajar.

Una vez asistido y evaluado por profesionales, el oso melero fue trasladado a un área segura y con condiciones favorables para su reinserción en el hábitat natural, en cercanías de Aristóbulo del Valle.
Durante la actividad, el ministro Recamán remarcó: “Estas acciones son de vital importancia para cuidar nuestra fauna misionera”, y destacó el valor del trabajo articulado entre instituciones del Estado y organizaciones comprometidas con la conservación.

La Fundación Ohana es una organización que se dedica al rescate, rehabilitación y reinserción de animales silvestres. Su trabajo se enfoca en brindar atención veterinaria especializada a ejemplares heridos en situaciones de riesgo, con el objetivo de devolverlos a su entorno natural en las mejores condiciones posibles. Además, promueve la educación ambiental y la convivencia responsable entre las personas y la fauna nativa y trabaja de forma articulada con el Ministerio de Ecología.
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