Ambiente
15 años después, Fundación Vida Silvestre Argentina hace una evaluación de sus principales debilidades y fortalezas
El 28 de noviembre de 2007, en un contexto de emergencia forestal, en Argentina se sancionaba la ley N°26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos. Con tasas de deforestación que rondaban las 0,94% anual (aproximadamente 700.000 hectáreas por año) diferentes sectores de la sociedad civil se unieron para trabajar por un objetivo común: frenar la deforestación y proteger los bosques nativos y a las especies y comunidades asociadas. A través de una gran movilización y participación ciudadana a nivel nacional, se logró juntar un millón y medio de firmas, poner en agenda legislativa la problemática y finalmente apoyar y fomentar la aprobación del proyecto de ley.
La Ley de Bosques marcó un hito en el país en materia de regulación ambiental. Su sanción modificó el escenario nacional de protección de bosques nativos, fortaleció técnica y económicamente a todas las jurisdicciones, visibilizó la problemática y la importancia de la conservación de estos ecosistemas, y se convirtió en una herramienta imprescindible para planificar su uso, brindando alternativas para equilibrar producción y conservación de la naturaleza. Pero durante los 15 años desde su sanción, su implementación fue parcial y adoleció de la falta de voluntad política necesaria para su plena implementación en la mayoría de las jurisdicciones
Si bien al principio la Ley de Bosques fomentó una disminución progresiva en la tasa anual de deforestación en la Argentina -estabilizándose hasta el año 2019- en los dos últimos años volvió a incrementarse, en gran medida producto de la frecuencia e intensidad de los incendios forestales. Los bosques nativos de Argentina siguen perdiéndose en zonas donde está prohibida la deforestación, en las cuales se avanza con el cambio de uso del suelo para actividades agropecuarias, forestales, urbanísticas y viales. A su vez, las áreas deforestadas ilegalmente y las que se han quemado, no están siendo restauradas como indica la ley, y la ausencia de un registro nacional de infractores limita las posibilidades de articular esta información con otros elementos de la política pública, que permita facilitar la disuasión y la sanción de los responsables.
Por otra parte, desde su implementación, la Ley de Bosques nunca pudo contar con su presupuesto completo y recibió mucho menos de lo que le correspondería, tanto para el control, monitoreo y vigilancia, como para estimular el uso sustentable y la restauración. En relación al estímulo financiero para el año próximo, el Presupuesto 2023 aprobado recientemente en el Congreso le asigna al Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos 9.000 millones, lo que representa sólo el 10,36% de lo establecido por la Ley 26.331. Si bien el porcentaje se triplicó en comparación a los años 2021 y 2022, sigue siendo mucho menor del que debería asignarse.
Los bosques nativos son proveedores de servicios ecosistémicos esenciales: contribuyen a la mitigación y adaptación al cambio climático, facilitan la regulación hídrica, son hábitat de miles de especies, dan sustento a la vida de las comunidades locales y contribuyen a la seguridad alimentaria y el desarrollo económico. Son proveedores de materias primas, alimentos, agua potable, medicinas y sirven como reguladores de eventos extremos como inundaciones, la erosión y la calidad del aire. Además, los bosques son hábitat de muchas especies y funcionan como “amortiguadores” de agentes patógenos -como virus y bacterias- que pueden afectar al ser humano. La pérdida de bosques ocasiona graves consecuencias sociales, ambientales y económicas, muchas veces, irreversibles, que atentan contra la salud y el bienestar de las personas y de muchas otras especies.
“Conservar y utilizar sustentablemente los bosques nativos argentinos, es una obligación legal y una oportunidad para el verdadero desarrollo económico y social de las diversas jurisdicciones del país y de las personas que en ellas habitan. Es necesario que exista la voluntad política apropiada para el cumplimiento de esta norma en todos los niveles, la capacidad profesional, técnica y logística para su implementación y monitoreo, y la asignación de los fondos y los recursos correspondientes que permitan lo anteriormente mencionado. Aún estamos a tiempo de transformar esta ley en un modelo de gestión y gobernanza que trascienda las fronteras nacionales” afirma Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina.
¿Cuáles son los principales problemas de implementación que enfrentó la ley desde su sanción?
La desfinanciación sistemática de la Ley: aunque desde la sanción de la ley las partidas presupuestarias en general han aumentado en valores absolutos, no ha habido un período donde el presupuesto asignado por el Congreso Nacional se correspondiera con lo que expresamente la norma establece. Desde 2014, la ley recibe menos del 10% de lo que corresponde. A principios del año 2022, luego de los incendios de la provincia de Corrientes, se anunció la asignación extra de 10.000 millones de pesos, de los cuales finalmente solo se derivaron a las provincias 5.000 millones de pesos. Para el 2023, el monto asignado llegará a un 10,36%, lo que aún está muy lejos de lo que debería asignarse. Estos aumentos en valores absolutos no permiten aún una reducción significativa de la brecha entre lo que asigna y lo que la propia ley indica que debería asignarse año a año para la protección y manejo sustentable de nuestros bosques.
Dificultades en los procesos de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN): tanto en su elaboración como actualización, han sido y continúan siendo procesos lentos y con deficiencias que incluyen el incumplimiento de estándares determinados por la Ley, como, por ejemplo: fallas en la participación ciudadana requerida, retrasos de tiempos y falta de progresividad en la protección de los bosques.
Falta de definición de metas, indicadores y evaluación de impactos: la ley establece que se deben adoptar metas cuantitativas para la protección de bosques nativos y formas de medir su progreso y logro. Durante el 2022 el Consejo Federal del Medio Ambiente (COFEMA), emitió una resolución por la cual cada jurisdicción debe desarrollar Planes Estratégicos Provinciales de Bosques Nativos y sus respectivos Planes Estratégicos Anuales actualizados para acceder a las asignaciones presupuestarias anuales. Estos planes han sido presentados, resta ahora analizar si cuentan con metas e indicadores que permitan evaluar su impacto a corto, mediano y largo plazo.
La deforestación ilegal persiste: a pesar de la implementación del Sistema de Alerta Temprana de Deforestación, es preocupante que alrededor del 54% de la deforestación en 2021 haya ocurrido en zonas prohibidas por la ley (amarillas y rojas), repitiendo tasas de años anteriores. Esto evidencia la falta de control y fiscalización en terreno, y las sanciones insuficientes por parte de las autoridades competentes que se reflejan en la ausencia de un registro nacional de infractores actualizado. Algunos sectores indican la necesidad de una prohibición total de la deforestación, lo cual sería de dudosa eficacia, ya que en los sectores donde la deforestación está prohibida hace más de 10 años sigue ocurriendo, sin mayores consecuencias para los responsables. No ha habido avances en la tipificación del delito penal ambiental que permita mayores sanciones a quienes deforestan, ni se ha avanzado significativamente en la restauración de las áreas deforestadas y quemadas, como determina a Ley.
Avances en la gestión y rendición de fondos: si bien la rendición de los fondos por parte de las Autoridades Locales de Aplicación es una cuestión que ha mejorado desde su creación y puesta en marcha, continúan habiendo demoras y problemas para una eficiente implementación y rendición de fondos.
¿Cuáles son los espacios de mejora en el marco de esta ley?
La correcta aplicación de la Ley de Bosques es el primer paso –y lo mínimo que deberíamos hacer- para proteger los bosques nativos. Pero también es importante ir más allá de la ley y asumir compromisos superadores que permitan conservar no sólo los bosques, sino también las culturas asociadas a ellos, la biodiversidad, y los servicios ambientales.
El refuerzo de las estructuras de control y fiscalización, el aumento en la capacitación y profesionalización de operarios forestales, agentes de conservación, técnicos de campo, responsables técnicos y funcionares públicos será central para avanzar en los desafíos que demanda la correcta implementación de la Ley.
La buena gobernanza, basada en el acceso a la información en tiempo y forma para los diversos grupos de interés permitirá la genuina participación en los procesos de revisión de las diferentes instancias de implementación de la Ley, desde la realización y audiencias públicas de Estudios de Impacto Ambiental a los procesos de revisión de los Ordenamientos Territoriales de los bosques nativos en las diversas Jurisdicciones.
“Quienes trabajamos desde hace años vinculados a la conservación y uso sustentable de los bosques nativos, sabemos que ha habido un salto de calidad en la gestión de los mismos desde la sanción de la Ley de bosques. Eso ha ocurrido a pesar que solo se le ha asignado aproximadamente el 8% del financiamiento establecido, que en algunas Jurisdicciones se ha carecido de la voluntad política apropiada para su plena implementación y que diversos sectores productivos han operado política y económicamente para evitar su plena implementación. Si en los próximos años logramos revertir estos factores que han atentado contra nuestros bosques y contra las comunidades que dependen de ellos, estaremos más cerca de lograr su verdadera conservación y manejo sustentable”, concluyó Manuel Jaramillo.
Fundación Vida Silvestre Argentina trabaja apoyando y monitoreando la Ley de Bosques Nativos desde su diseño, hasta su implementación, así como también evaluando su funcionamiento y propiciando propuestas de mejora. Es por eso que, a partir de pedidos de información pública ambiental a la autoridad nacional de aplicación, más un exhaustivo análisis y recopilación de información, se desarrollaron fichas infográficas descargables para exponer las principales disposiciones de la Ley 26.331 y su situación actual, tanto a nivel nacional como provincial, con toda la información (perfil territorial de cada provincia, hectáreas deforestadas, especies en peligro, hectáreas bajo planes de manejo o conservación, el presupuesto correspondiente y el asignado y más). Las fichas buscan graficar la información y ser material de consulta y comparativo para diferentes actores clave y la presente actualización incluye la proyección de asignación de fondos para el año 2023, provincia por provincia.
Actualidad
Alto riesgo de incendios: “Pedimos a la comunidad que no haga fuego con fines de limpieza”
Ante el alto riesgo de incendios que se registra en Misiones, el presidente de la Federación Misionera de Bomberos Voluntarios, Waldemar Laumann, planteó la necesidad que la sociedad en su conjunto asuma la responsabilidad de no utilizar el fuego como un elemento para eliminar residuos en ningún ámbito.
“El pronóstico no es muy alentador, ya estábamos transitando días de mucho calor, de viento seco y esto hace que nuestra estructura esté preparada para cualquier emergencia pero también hay que pedirle a la comunidad que no haga fuego con la intención de utilizarlo como herramienta de limpieza”, expresó Laumann.
Acotó que “esto es un trabajo de todos, no solo de los bomberos, sino de toda la comunidad, de todos los habitantes de nuestra provincia” y que se debe “realizar todos los días del año”.
Recordó que en Misiones los “incendios de vegetales que es una de las problemáticas más frecuentes” dado que hay un potente “colchón de combustible vegetal y, con este clima, es propenso a incendiarse”. Además, Laumann acotó que “el viento es un acelerador de propagación del fuego en sí, así que hay que tener mucho cuidado no quemar residuos, residuos vegetales, ni residuos domiciliarios, nada, la verdad es que está prohibido por ley”. Aseveró.
Laumann también hizo hincapié en marcar que “hay otro problema gravísimo que es la restauración de los recursos hídricos, que hace muchos años se viene deteriorando considerablemente y las consecuencias hoy están en las zonas rurales (donde) no tenemos más agua como teníamos hace 20 años atrás”, por lo que “hoy en día se tiene que trabajar muchísimo con transporte de agua, con camiones cisternas que tienen que abastecer a las autobombas y, en muchos casos, muchos kilómetros de traslado de agua, de buscar los recursos hídricos, cerca o en el mismo río Paraná”, lo que “complica, muchas veces, en lugares rurales el combate de incendios con el faltante de agua”.
Finalmente, aseguró que Misiones está preparada para enfrentar siniestros y que esto se logró con “la experiencia que nos dio el último incendio grande hace cuatro años” ya que “todas las instituciones han reinvertido en sus estructuras con el tema de autobombas forestales, equipamiento forestal, camiones de transporte de agua, que es fundamental, y, en muchos casos, se tiene que recurrir a los municipios para que hagan el aporte en el transporte de agua para poder combatir los incendios”.
Ambiente
Un nuevo comienzo: un tucán y un lechuzón volvieron a su hogar natural
Este lunes se concretó una nueva liberación de fauna silvestre rehabilitada en el Parque Ecológico El Puma, dependiente del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de Misiones. En esta oportunidad, fueron reinsertados en su ambiente natural un tucán pico verde (Ramphastos dicolorus) y un lechuzón orejudo (Asio clamator).
Participaron del procedimiento el ministro de Ecología, Martín Recamán; el subsecretario de Ecología, Facundo Ringa; el intendente de Fachinal, Miguel Ángel Benítez; el director del Parque El Puma, Esteban Arzamendia y su equipo técnico y el encargado del Parque Fachinal, Anibal Silva.

Los dos ejemplares habían ingresado al sistema de rehabilitación luego de ser recuperados por personal del Ministerio en distintas intervenciones vinculadas a la protección de la fauna nativa. Tras atravesar los protocolos sanitarios, nutricionales y de adaptación en el centro, se determinó que se encontraban en óptimas condiciones para su retorno al medio silvestre.

La liberación se realizó en el sector destinado a reintroducciones, dentro del área de distribución natural de ambas especies. El operativo se desarrolló con total normalidad y en cumplimiento de la normativa vigente, reafirmando el compromiso provincial con la conservación de la biodiversidad.
Desde el Ministerio de Ecología destacaron el trabajo sostenido del equipo técnico-profesional del Parque Ecológico El Puma, cuya experiencia y dedicación permiten garantizar procesos adecuados de rehabilitación y reinserción, fundamentales para la preservación de la fauna misionera.
Ambiente
Guardaparques refuerzan los controles por la veda pesca en el río Iguazú
Este sábado, guardaparques de la Zona Norte, pertenecientes a la Reserva de Usos Múltiples Cabure-í y al Parque Provincial Urugua-í, dependientes del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables, llevaron adelante una recorrida de control, fiscalización y prevención en el río Iguazú Superior, en el marco de la Resolución Nº 406 que establece la veda íctica en toda la provincia de Misiones.
El operativo abarcó sectores del Parque Provincial Complejo de Islas Grandes del Río Iguazú Superior y del Parque Provincial Ingeniero Cametti, áreas donde se intensifican las tareas de vigilancia durante el período de veda para resguardar los ecosistemas acuáticos y las especies en reproducción.
Durante la intervención, el personal procedió a la destrucción de canoas de madera utilizadas de manera irregular, así como cebaderos y líneas con anzuelos en espera. Además, se mantuvieron charlas informativas con los lugareños, a quienes se les recordó el alcance y la importancia de cumplir con la normativa para la conservación de los recursos ícticos.
Cabe recordar que la veda total rige desde el 3 de noviembre y se extenderá hasta el 20 de diciembre de 2025 en los ríos Paraná, Iguazú y todos sus afluentes, incluido el Paisaje Protegido Lago Urugua-í. En el río Uruguay y su cuenca, la medida se mantiene vigente hasta el 31 de enero de 2026. La Resolución establece la prohibición absoluta de la pesca deportiva y comercial, permitiendo únicamente la pesca de subsistencia, realizada desde la costa y con línea de mano, por pescadores con permiso vigente y exclusivamente para consumo familiar.
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